Criadero Rêve d'Étranger

La experiencia de criar Briards en familia.

 

    Tener un perro, implica en todo ámbito de cosas: responsabilidad, esto es, en resumen, cuidarlo y atenderlo.

    Esta responsabilidad comienza desde –incluso- antes de tener un cachorro, aunque aquello suene contradictorio. Precisamente, debemos ser muy concientes de nuestras facultades y posibilidades de tener un animal en casa. Hay que tener presente el porte del perro, su sexo, carácter, edad, características de la raza, etc.

    Así, será responsable quien, antes de adquirir un cachorro, evalúe las condiciones en las cuales tendrá al perro, y asumir un compromiso por toda la vida de su mascota.

   A modo de ejemplo, si se trata de un perro grande, hay que asumir que requiere jardín y paseos diarios, y que se debe estar dispuesto a dárselos hasta los últimos días de nuestro perro, que pueden ser incluso más de 15 años.

   Luego en cuanto, al sexo, tener en cuenta que las perras requieren un mayor cuidado en sus períodos de celo, y que muchas veces pueden padecer tumores mamarios o consecuencias de cruzas mal efectuadas.

   Entonces, son muchísimos los factores que hay que evaluar.

   Ahora, si hemos decidido que somos merecedores de un cachorro, y lo hemos elegido de forma responsable, debemos procurar siempre proveer todas sus necesidades. El perro, a pesar de que luego dejará de ser un cachorro, será siempre como un niño, que requiere mucho tiempo, alimentación, cuidados veterinarios y acicalamientos.

    En efecto, puede suceder que el perro enferme, ante lo cual debemos contar con los recursos para poder llevarlo al veterinario y darle tratamiento. Lo mismo respecto de sus vacunas, que son esenciales para su salud.

    Requiere además, tiempo de juegos, de cuidados que solo nosotros podremos darle, ya que nuestra mascota exigirá que seamos nosotros, sus amos, quienes nos preocupemos de ellos.  

   Si somos personas capaces de darle todo aquello, y además de entender que nuestro perro es un ser vivo, por lo que nunca debemos “deshacernos” de él, estaremos actuando de forma correcta, y seremos amos responsables.

Un dueño responsable NUNCA:

* Abandona a su mascota

* Permite que deambule libremente en la calle

* Permite que se alimente de basura o desperdicios

* Permite que se reproduzca descontroladamente

Un dueño responsable evita que su mascota pueda transformarse en un riesgo para la salud de la familia, vecinos, otros animales o el ambiente.

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